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Hoy practicaremos el darnos cuenta que mantenemos esa leve sonrisa durante la práctica y la gestionaremos si corresponde.
En la práctica de la meditación a veces se automatizan algunas cosas y otras con el tiempo se nos puede olvidar sin darnos cuenta.
Y esta es una de las más típicas que terminamos olvidando y la cual es importante recordar mantenerla, ya que esa leve sonrisa facilita como nos estamos tomando la práctica, cómo ayudamos, o no, a la mente a predisponer un estado, o a genéranos ese estado, aparte de ayudar a no estar tensionados los dientes entre otras partes del rostro.
Empezamos con la práctica
Hoy seremos consciente de poner mayor intención en mantener esa leve sonrisa y relajar esos labios o dientes si corresponde para mejorar esa sonrisa.
Empezamos:
- Elegimos donde pondremos este ejercicio en práctica
- Antes de empezar pon plena intención en mantener esa sonrisa y revisarla de vez en cuando.
- Al principio de la práctica se consciente de esa sensación que provoca esa sonrisa y continua con tu práctica normal.
- Cuando te disperses, sé consciente de tus pensamientos y aceptalo.
- Date cuenta de tus sensaciones y no las alimentes.
- Observa tu cuerpo y relajalo a no tensión
- Recuerda antes de volver a la atención a la respiración, recordar que tu sonrisa se encuentra bien dispuesta.
- Vuelve a tu atención consciente a la respiración como normalmente lo haces y mantente ahí.
- Recuerda que no pasa nada por las veces que corrijas esa sonrisa. Estás aprendiendo y esas repeticiones son buenas.
- Cuando tú decidas termina la práctica y vuelve a lo que estabas haciendo.
Bueno, como siempre esta es una práctica específica de mindfulness para mejorar una parte de ella. En el caso de hoy la sonrisa, que puede indicar muchas veces el estado general en el que nos encontramos y el estado de cómo vamos a afrontar la práctica, y gestionarla siempre nos va a beneficiar en esas dos partes.