| iTunes | iVoox
Hoy seremos consciente de darnos cuenta cuando estamos prejuzgando a una persona como “mala” antes de que realice una acción
Como hemos explicado más ampliamente en el podcast ” 391. Diferenciando entre “acto” o acción mala y “persona” mala. Y beneficios de distinguir y gestionarlo ” el prejuzgar a alguien de manera anticipada solo crea en nosotros una aversión un estado de malestar, preocupación, prejuicio o tensión de sentirnos molesto ante alguien, incluso antes de que se produzca la acción en sí.
Lo bueno es que si no prejuzgamos y esperamos a la acción para sentirnos o no molestos por algo, ganaremos bienestar, ganaremos mejor estado de ánimo, porque no estaremos alimentando ese malestar cada vez que veamos o pensemos en esa persona, solo si realmente hace una acción incorrecta.
Comenzamos con la práctica
Hoy seremos conscientes de observar en nosotros si estamos prejuzgando a alguien antes de realizar una acción, notar cómo nos sentimos y gestionarlo.
Empezamos:
- Elegimos el momentos o momentos del día donde sabemos que por norma general nos ocurre eso.
- Justo antes de ese momento pon toda tu intención en ser consciente de cómo te encuentras.
- ¿Que notas en ti?. ¿tensiones? ¿Charla interna? ¿una sensación corporal? ¿Alguna emoción?
- Se consciente de todo eso que te ocurre. Date cuenta y observalo conscientemente y mantente ahí.
- Suaviza esas sensaciones o relaja esos músculos tensionados, reduce esa charla interna. No etiquetes lo que pasa, simplemente gestionalo, aceptalo.
- Seguramente tu mente prejuzgante volverá a la carga, se consciente de esa distracción, se consciente que tu mente volvió a generar esa sensación de malestar. Y no la etiquetes, no la juzgues, simplemente vuelve a suavizarse como antes.
- No te preocupes por cuantas veces se repita el proceso. Esto requiere trabajo y tiempo, pero sobre todo experimentarlo y gestionarlo una y otra vez para generar un mejor estado de ánimo.
- Ya cuando lo consideres vuelve de forma suave a lo que estabas haciendo.
Bueno, como siempre este es un ejercicio de mindfulness específico, aunque sería bueno practicarlo a menudo porque es algo que prácticamente nos pasa a todos
Aún así el realizar prácticas sentadas de meditación en la atención consciente a la respiración, entre otros, puede ayudar mucho a potenciar y mejorar estas gestiones mentales y emocionales que después realizamos en el día a día.