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Hoy seremos conscientes de atender a nuestra mente para darnos cuenta que distraemos y lo gestionarlo cuando proceda
Ya en el podcast » 387. Atender a la respiración para darnos cuenta que no estamos atendiendo la respiración » Hemos hablado de la importancia y los beneficios de ser consciente de nuestras dispersiones. Y que nos la debemos tomar como parte esencial de la práctica, no como un error, o que no valga para meditar.
El ejercicio que haremos hoy es una práctica donde atenderemos a nuestra mente para darnos cuenta que se distrae. Debemos tomarlo como un ejercicio específico y complementario. Es recomendable siempre hacer prácticas de atención consciente plena a la respiración, u otros.
Pero hoy para reforzar ese conocimiento y esta intención de lo que queremos aprender, qué es ser consciente de que nos distraemos y darle su importancia, pues haremos este ejercicio de esta forma.
Comenzamos con la práctica
Hoy observaremos nuestra mente de forma atenta y consciente para darnos cuenta cuando nos dispersamos, ser consciente de ese momento y gestionarlo
Empezamos:
- Elegimos un momento donde realizar esta práctica.
- Al comenzar pon especial intención en ser consciente de lo que sucede en tu mente, en tus dispersiones, en tus pensamientos, etc; en este caso ese será nuestro foco de atención
- Se que al observar en un principio tu mente para encontrar pensamientos que te distraigan puede tardar un poco en suceder, pero se darán, en cuanto tu mente disminuya esa atención consciente y esa intención de observarte.
- Cuando te des cuenta que te dispersaste. Observa que no intentes bloquearlo.
- Tampoco te molestes por tener esos pensamientos, no lo trates como un error, es más, tratalo como un logro porque conseguiste ser consciente de ello y te permitirá gestionarlo y con ello mejorar tu práctica.
- Nota si esa dispersión te produjo en el cuerpo alguna sensación o tensión corporal, si es así, se consciente de ello y suavizalo.
- Después vuelve suavemente a observar tu mente, nota que le imprimes atención y consciencia.
- Repite este proceso cuantas veces suceda esa distracción.
- Cuando tu decidas, sal de esta práctica y vuelve a lo que estabas haciendo, sintiéndote bien por una práctica bien hecha.
Bueno, este es un ejercicio muy específico para reforzar esa intención en que debemos permanecer atentos a nuestras dispersiones y también ser consciente de ellas para gestionarlas.
Trata este ejercicio como complementario e intenta realizar prácticas de atención consciente a la respiración, por ejemplo, de forma más asidua y como entrenamiento general.