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Hoy seremos consciente de observar la postura que tenemos cuando esperamos a algo o alguien.
Es bueno saber que dependiendo de esa postura estamos alimentando esa sensación o pensamientos a la que corresponda.
Incluso si alguien nos observa puede ver en nuestra postura cierta asociación a cómo nos sentimos. Porque cada emoción o sensación, igual que tiene su respiración asociada también tiene su postura asociada.
Al final todo suma para alimentar o dejar de alimentar una sensación buena o mala desde la respiración, la postura, las tensiones musculares, la sensación propia, los pensamientos, etc.
Comenzamos con la práctica.
Hoy seremos consciente de la postura que tenemos mientras esperamos y donde generamos esa tensiones en nuestros músculos para luego gestionarlo y suavizarlo
Empezamos:
- Elegimos permanecer atento con mayor intención en observar todo esto en los momentos que pensamos que se nos puede producir esa espera.
- Intentamos que al menos la espera tenga un tiempo superior a 30 segundos, luego ya elegimos cuándo parar en función de cada uno.
- Si es posible y nos acordamos es beneficioso empezar en los primeros instante de la espera, para generar un hábito desde ahí.
- En el momento que seamos consciente del ejercicio, no nos movemos y somos consciente de nuestra postura.
- Solo observémosla con detalle, observemos como tenemos los pies o que hacemos con ellos. Observamos como están las manos, ¿el tronco está recto o no?, ¿la cabeza está en una posición normal o tiende hacia algún lado?
- También podemos observar si tenemos músculos tensionados, por ejemplo los hombros, el estómago, las piernas, ¿otros?
- Seamos consciente de la postura y las tensiones al completo. Pon plena atención y observa qué sensación nos trasmite interiormente nuestra postura.
- Seguramente esa postura intentara generarnos más sensación o más pensamientos en relación a lo que representa la postura, si aparecen, simplemente no lo alimentemos, solo seamos consciente y aceptemos que es la reacción normal que se debe tener, luego pasamos a observar de nuevo nuestra postura.
- Una vez observada intentamos ponernos en una postura más neutra. Y si había tensiones musculares la relajamos.
- Observemonos de forma consciente en esa nueva postura, puede ocurrir que te sientas más relajado o quizás esa postura nos haga sentirnos inquieto porque el cuerpo quiere volver a la postura anterior. Si es así se consciente de esa inquietud hasta que vaya desapareciendo poco a poco. No la alimentemos.
- Luego cuando lo veamos adecuado salimos de la práctica y volvemos a lo que estábamos haciendo.
Bueno como siempre este es un ejercicio específico, aunque puedas aplicarlo a muchas más cosas. Pero es importante saber que la postura también facilita alimentar un estado mental u otro.
Y si hacemos a menudo estos ejercicios podemos notar que de forma inconsciente y más natural empezamos a observarnos más, observamos nuestra postura y podemos actuar frente a ella para que nos facilite una mejor sensación.
Como siempre este es un ejercicio complementario, lo ideal es practicar también alguna práctica de atención consciente plena o meditación sentado.