| iTunes | iVoox
Hoy seremos consciente de cómo después de realizar nuestra ejercicio de meditación o mindfulness tendemos a valorar o etiquetar estas prácticas.
Lo que haremos será darnos cuenta de que lo hacemos y no alimentarla más allá de simplemente ese “darnos cuenta”.
Como hemos hablado en el Podcast “ 303. Ayer mi meditación fue fácil y hoy era difícil:¿Es norma?” Una práctica siempre es buena incluso la que consideramos que “no nos ha salido bien”.
Estas precisamente son muy beneficiosa para ayudarnos a enseñar a la mente a gestionar momentos que se pueden dar en tu día a día.
Y con eso conseguir una mejor gestión emocional y por lo tanto y estado de salud mental mejor.
Comenzamos con la práctica.
Seremos consciente de que justo después de nuestro ejercicio de atención consciente nuestra mente va a etiquetar esa práctica como algo buena, mala, normal, etc. Seamos simplemente consciente del momento que lo realicemos sin retroalimentar más esa idea mental.
Empezamos:
- Elige la el ejercicio donde vas a poner intención en realizar esta práctica.
- Piensa que esta vez tu ejercicio no termina al realizar la práctica sino que dura un poco más allá de ella, para darnos cuentas de cómo etiquetamos la práctica de ese día.
- Date cuenta en el momento que etiquetas la práctica, ya sea de forma hablada o mediante una sensación que generes.
- Se consciente de ese momento, suaviza una pausa para observar que lo estás haciendo.
- Observa tu mente si está empezando a alimentar esa etiqueta o a darle un valor a esa práctica. Relaja esos pensamientos, no los alimente, aceptalo.
- Observa tu cuerpo, ¿alguna sensación a destacar?. Observalo bien y si hay alguna sensación, no lo alimentes, relaja o suaviza ese lugar donde sientes esa sensación.
- No te preocupes como salga la práctica, lo importante de todo es darse uno cuenta de que se dispersa y gestionarlo. La práctica hace al maestro.
Bueno, como siempre este es un ejercicio específico para esta semana, o para ponerlo en práctica asidua cada vez que hagas un ejercicio, ya lo decides tu.
El entrenamiento continuo de estas prácticas hace que mejores tu gestión emocional y mental y por lo tanto que obtengas más beneficio para lidiar con el día a día y con lo que dás más posibilidades de sentirte mejor o no reaccionar a aquello que no quieres reaccionar de esa manera que no te gusta hacerlo.