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Hemos aclarado un poco qué es meditación, lo encontrareis en los primeros podcast, pero para tener una información más completa sobre esta práctica y su fin, vamos a aclarar que “no es meditación” tanto en lo que no debemos hacer mientras meditamos y cuales no son sus fines o metas a la hora de hacerlas.
Puede que alguna persona haya comenzado o quiera comenzar a meditar por algunos de estos “fines”, si es así, no hay que preocuparse ni sentirse incómodo por ello, es algo habitual, la mayoría comienza por una razón y se que a medida que van introduciendose más en esta práctica se van dando cuenta de lo que realmente es y van obteniendo todos sus beneficios.
1. La meditación no es reflexionar o pensar de forma intencionada sobre algo
En algunos casos se confunde “meditar” con reflexionar sobre alguna acción o propósito de forma intencionada, donde tenemos que sacar una conclusión. Pero en Meditación la palabra meditar lo que significa es darse cuenta de forma consciente e intencionada de las cosas que nos suceden cuando nos suceden, interior o exteriormente.
2. No es dejar la “mente en blanco”.
He escuchado muchas personas definirlas así e incluso personas que incluso intentaban practicar eso mismo. Pero la mente nunca, nunca se puede quedar en blanco.
Este no es un método para controlar la mente, ni para intentar parar su actividad. Ni siquiera es una técnica de concentración con la que parar la mente y dejarla en un estado de suspensión.
Podríamos decir que, en un principio, meditar es observar, cultivamos el silencio interior, no para mantener en silencio la mente, sino para observar los pensamientos que surgen desde el silencio. Desde ese silencio practicamos la atención consciente, con la que permanecemos en el presente.
3. No es una técnica de relajación.
Aunque si diriamos en un principio que se necesita estar relajado para hacer este tipo de técnica, o que esta técnica ayuda a relajar también el cuerpo; la relajación es un efecto de la práctica de la meditación no es el fin.
Es más, con el tiempo nos daremos cuenta que no sería puramente relajación lo que realmente se produce en el cuerpo, sino la tensión justa, porque más adelante cuando hablemos de la postura veras que esa postura necesita un mínimo de tensión para mantenernos correctamente. Diríamos que sería el equilibrio entre tensión y relajación.
4. No es una ciencia “exacta”. No es algo matemático.
Queremos decir con esto que no porque practiques “x” veces conseguirás este estado y después si practicarás otras “x” veces más, llegarás a otro estado.
Es importante saber que cada uno requiere de su proceso, todos no nos encontramos en el mismo punto del camino. Algunos pueden que tengan, en un principio, más cualidades. o, mediante otras experiencias que han realizado en su vida esto le resulte más fácil o difícil de hacer.
No te compares esperando los mismo resultados que otras personas que también lo realizan, cada uno tiene su proceso. Lo que es seguro que, como cualquier disciplina, con la práctica constante los resultados se producirán.
5. No es una forma de evitar o evadirse de la realidad
Hay que tener cuidado con esta idea, no tratamos de ser impermeables o insensible ante las emociones que nos deparan. No se trata de crearte un escudo para evitar algún dolor o sufrimiento, ni hacer que “nada te importe” (que a nada le des importancia para que no te hagan daño).
No es irnos a “nuestra isla mental solitaria” cuando ocurre algo para evadirnos de lo que realmente sucede o inventarnos nuestra historia.
La realidad es la que es, se trata de con cual actitud afrontamos esa realidad, circunstancia, momento, pensamiento, etc.
6. No pertenece a ninguna religión, filosofía o tradición en especial.
Aunque hay varias que puedan tener este tipo de técnica; incluso cada una puede darle su enfoque personal. Al fin y al cabo es una práctica que hace que mejores muchos aspecto como persona, es una práctica para ti, para mejorar tu.
Otra cuestión es el “fin personal” con la que quieras tú hacer este tipo de práctica, pero eso ya pertenece a cada uno y todos son válidos.
7. No se trata de una búsqueda de lo esotérico ni lo oculto.
Como dijimos no es una ciencia exacta pero sí una prácticas con resultados, que se dan en más o menos tiempo según cada uno pero que se darán con el tiempo.
No ocurre de la noche a la mañana ni se llega a un “estado especial” ni misterioso. El secreto de la meditación es meditar, meditar solo se puede comprender meditando.
8. Meditación no es concentración ni tampoco atención.
La meditación no es puramente concentración ni solo atención, aunque ambas se utilizan para la práctica tanto la concentración (al principio) y con el tiempo equilibrando pasaremos a la atención plena. Así que la palabra que falta es “consciente”.
Meditación es “Atención consciente plena”. Puedes tener solo atención y es como cuando ves una película y se te ha pasado muy rápido, estuviste plenamente atento (atencion plena). Sin en cambio hay que incluir “consciente” para que nos demos cuenta cuando algún pensamiento ocurre, cuando una emoción nace en nosotros para poder actuar sobre ella, si no somos “consciente” de algo no podemos actuar sobre ese “algo”.
Entonces definimos meditación como “Atención consciente plena”
9. Meditación no es “No reaccionar” a lo que te ocurre sino “Actuar conscientemente”
Es importante observar lo que te ocurre y cómo te sientes cuando ocurre, pero después de ser conscientes y de gestionar esos pensamientos y emociones, hay que actuar, si corresponde. No hacemos esto para ser insensible, para pasar de las cosas, para poner la otra mejilla si nos sucede algo, sino que lo hacemos para dar la respuesta más acertada que podamos en ese momento. Se trata de actuar, pero desde una mente calmada y consciente.