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La actitud en la meditación es importante, ya que como nos tratemos o como tratemos a nuestras dispersiones mentales, nuestros pensamientos, posibilitará, o no, la mejoría para tener una mente más calmada, consciente y atenta. Y esto puede depender mucho de qué expectativa que esperabas obtener antes de sentarte a meditar y empezar a compararla con, cómo se está produciendo tu meditación en ese momento
Por eso, se trata no solo de observar los pensamientos sino que, cuando estos se produzcan los tratemos sin prejuicios, de un forma amable y compasiva.
Cuando inicias tu práctica de meditación no debes hacerte una expectativa de su resultado.
Cuando meditamos ponemos los medios para posibilitar una calma mental, pero a veces no se produce como esperábamos, lo que sí es cierto es que con la práctica como en cualquier disciplina hay una progresión en los resultados y estos avances se irán produciendo.
Es obvio que cuando queremos realizar esta práctica es porque esperamos unos resultado con ella, y eso es así para todos, pero al referirnos a “no hacernos expectativa” es que no nos aferramos a que tenemos que conseguir un buen resultado y que solo nos vale que nos salga bien la práctica y si no es así, nos castigamos por no tener lo que esperábamos. Pero esto no es así; simplemente hay que aceptar como se haya producido, no lo comparemos con lo que esperábamos. Ningún día es igual y ninguna meditación es idéntica y nuestro cuerpo y mente no está igual todos los días, además los resultados te lo dan la prácticas no las expectativas.
Un Ejemplo: Nosotros sembramos la semilla, le echamos su buen abono para que se fortalezca, limpiamos la tierra para que pueda crecer mas sana y la regamos en su momento. Eso es lo que nos corresponde a nosotros. Hacer lo que está en nuestras manos en ese momento, en ese dia. Luego el tiempo puede venir con frio, nevado, con inundaciones, sequía o normal y cuanto mejor hayamos realizado lo que nos corresponde más posibilidades tenemos de que esa semilla crezca. No te preocupes del tiempo, ese no esta en tus manos. Simplemente haz lo que está en tu mano y siente bien por haber realizado de tu parte lo que cada día has podido dar, porque es así como al final esa semilla crecerá.
Recordar que en tu postura de meditación, si es posible, puedes tener un minima sonrisa, elevando la comisura de los labios un poco. Esto viene en relación en parte a la actitud que debemos tener durante la meditación.
Por lo cual debemos tratar nuestros pensamientos con una actitud de amabilidad y no desde el castigo por tener esos pensamientos al meditar o lo que esperábamos ese día de nuestra meditación
De hecho la actitud del proceso al meditar frente a los pensamientos es no asociar emociones o sensaciones a esos pensamientos, si lo prejuzgas le estas dando una connotación negativa y por lo tanto si comparamos nuestros resultados de ese dia con nuestras expectativa estaremos haciendo lo contrario a lo que solemos llamar una actitud meditativa, de hecho este es el proceso que hay que pasar, no asociar una emoción o sensación a ellos. Lleva su tiempo, como todo, y una buena práctica es importante pero merece la pena.
Entonces la actitud que debemos tomar al meditar es simplemente seguir los pasos sin compararlos, sino que cuando los pensamientos se produzcan no lo prejuzgue, no intente detenerlo, tratalo desde la amabilidad, luego observa que tu postura no se ha modificado y si fuera así y encontrarás tensiones, relajadas y luego con suavidad vuelve tu atención a la respiración con esta actitud que hemos comentado.
Recuerda que debes sentirte bien por el trabajo realizado, tal cual se haya producido ese dia, sentirte bien por el trabajo realizado y no por el resultado. Lo importante es el camino.