| iTunes | iVoox
Hoy explicaremos que parar o no la meditación, va a depender de la intensidad del dolor en la pierna, de si es incomodo por una postura incorrecta o si es porque no estamos acostumbrados a estar en esa posición corporal.
Ante todo decir que la postura de meditación debe ser cómoda, no escojas ninguna que te resulte incómoda o dolorosa porque te hayan comentado que da mejor resultado.
Es evidente que una buena postura facilita y da mayor probabilidad para tener una práctica mejor.
Una de las cosas más importante de la meditación es la práctica mental que realizamos, si la mente va a estar distraída todo el tiempo porque el cuerpo le manda una sensación de dolor molesta continuamente, no vas a poder realizar tu meditación de la mejor manera.
Aquí estamos hablando de las piernas, porque es normalmente donde se producen con más frecuencia los dolores por una postura incorrecta o por tener la posición de las piernas en una postura forzada.
Entonces…¿Qué hacemos si me duele la pierna una vez he empezado a meditar?
Siempre aconsejo observar la postura antes de empezar a meditar, para notar si el cuerpo se encuentra en una postura forzada o no y poder corregirla en ese momento.
Si notas esa molestia una vez empezada la práctica y tu mente se dispersa continuamente debido a ese dolor, entendiendo eso sí, que de suceder en la primera vez que practicamos la meditación puede ser algo temporal, entonces lo que harás será revisar tu cuerpo y notar la intensidad de dicho dolor, después analizarás si ese dolor es porque no estás en una postura correcta o simplemente se debe a que la molestia es por la falta de costumbre de estar en esa posición.
-
¿ Cómo lo solucionamos si es por la intensidad de esa molestia?
Si estás meditando y ves que ese dolor está continuamente sacándote de la práctica, puedes optar por seguir en ella y saber que la próxima vez puedes observar mejor tu postura antes de empezar o bien salir de ella de forma consciente y cambiar la postura a una que te resulte más cómoda.
Intenta que durante ese cambio de posición, sigas siendo consciente de los movimientos que realizas sin perder la atención, ya que tendemos a cambiar el foco que estaba en la atención a la respiración o en la meditación que realizabas a la atención a el cambio de postura y sus sensaciones. Por lo tanto, una vez corregida la postura y superado ésto, puedes continuar con la meditación que realizabas.
Si por cualquier razón prefieres continuar tu meditación a pesar de que ese dolor te disperse mucho de la práctica, lo que puedes hacer es algo que ya comentamos también en el podcast de “¿Como solucionar los nervios al meditar?”, que nos viene a decir lo siguiente; cambiarás tu foco de atención que está en la atención consciente a la respiración hacía la atención a los síntomas o efectos que provoca ese dolor en tu cuerpo, notando conscientemente dónde está focalizado y su intensidad y simplemente te mantendrás ahí, sin juzgar cuánto duele o “a ver si se me va”, manteniendo la atención consciente en la sensación de ese dolor sin reaccionar a él, siguiendo estas indicaciones, normalmente estas molestias suelen disminuir.
Una vez superadas, si lo ves oportuno puedes volver a la atención a la respiración.
-
¿Qué hacemos si el dolor es por falta de costumbre?
Entendiendo que el dolor del que hablamos es sólo una molestia y no es del todo intenso, puedes continuar con la meditación, este dolor es algo que tienes que pasar y que con el tiempo desaparecerá, siempre que sea sólo molestia y no una incomodez permanente, si lo es, te aconsejo realizar lo comentado hace un momento. Debes intentar no escoger esa posición tan forzada e ir relajandola un poco.
No te agobies por todo esto, puesto que a medida que vayas practicando y pasando el tiempo irás adaptándote a una postura más correcta, todo esto es paso a paso, sin forzar, pero evitando acomodarte a una postura incorrecta.
Recuerda:
No se trata de forzar o aguantar un dolor para mantener una postura, sino de escoger una cómoda y correcta dentro de la medida de lo posible.
Un poco de molestia puede ser normal, pero un poco, puesto que en la meditación terminas por no notar ciertas molestias, pero si son demasiadas, no fuerces la posición y corrígela, no se trata de pelearte con el dolor sino de aceptarlo.
Todo esto solo son consejos que tu tienes que valorar al observarte y tomar la decisión de cómo adaptarlo a ti.