| iTunes | iVoox
Hoy explicaremos algunas opciones de porque te cuesta volver a un estado normal de la mente cuando terminas la meditación y qué podemos hacer frente a ello.
Llamó «salir» de la meditación justo ese instante que se da por concluida la meditación y ya uno puede abrir los ojos y hacer charlar con los otros, mantenerse sentado y escuchar, levantarse , etc.
Hay al menos un par de circunstancias que me gustaría comentar, el primero según como se vea no es tan bueno ni tan malo, y en el segundo sí debemos tener cuidado de no hacerlo, porque no es para nada bueno.
1. Mantener esa sensación de bienestar:
Uno de esos momento puede ser que te encuentres con una sensación espléndida recién terminas la meditación, y no quieres salir de ella porque te gusta esa sensación e intenta mantenerla en ti el máximo tiempo posible. Esta en si ni es buena ni es mala.
Es bueno mantener alimentado esa sensación de bienestar en nosotros, porque todo lo que sumemos en positivo para el día a día beneficia un estado de ánimo más agradable.
Y no sería tan bueno intentar mantener esa sensación a toda costa o cogerle apego, sensación de no querer salir de ella porque estoy estupendamente.
Aquí termina cruzándose la sensación de bienestar con la «no querer perderla» con lo que no termina de ser bueno ya que creas una dependencia a esa sensación. Y como sabemos toda dependencia, todo apego, todo no querer dejarlo ir, todo no aceptar, al final nos crea una sensación y un estado negativo.
La solución ante esto es que tomemos consciencia de ello, tengamos especial cuidado de equilibrar ese proceso mental a esa sensación de bienestar. Osea, si mantenerla en ti y disfrutarla, pero no apegarse a ella.
2. Dejar la mente en blanco.
En este caso hay que tener especial cuidado en no utilizar esta forma de actuar mentalmente porque suele ser un error, una mala interpretación de cómo debe ser una meditación o el fin de una meditación.
En este caso, cuesta salir de la meditación y volver a lo que se está haciendo, si estás en grupo, o a lo que estabas haciendo, si estás solo. Y todo esto ocurre porque si has trabajado «tener una mente en blanco» lo que has estado haciendo es forzar la mente a que no entrara nada, con lo que si estas en grupo, incluso si preguntan algo, notaras que te costará reaccionar de manera normal.
Y esto sucede porque en toda la meditación has repetido el proceso mental de anular cualquier estimulación, interior o exterior para mantener esa mente en blanco, ya se trate de pensamientos, charla interna, imágenes, etc. Le has puesto un muro para que nada entrara y solo te concentrabas en nada, que tampoco es posible concentrarse en nada, pero para que nos entendemos.
Con lo que ahora cuando processes algo, a la mente le costará un poco más reaccionar porque aún continúa la rutina de forma un poco menos fuerte, de que bloquea todo lo que escuchas durante un tiempo. Ya que es como una bicicleta, sigue rodando un tiempo aunque pares de pedalear, hasta que se para sola.
Por lo que al escuchar o reaccionar a alguna acción o suceso, ese proceso mental de recibir la información y procesarla se hace un poco más lenta, lo suficiente para que notes en ti esa sensación de que te cuesta reaccionar.
Recuerdo precisamente esta circunstancia, porque ya hace bastantes años, a un chico que estaba en la clase de meditación, hacia ese proceso, hasta que un dia nos dijo que le costaba entrar en la conversación después de haber meditado. Y nos comentó que es lo que hacía mentalmente, y nos comentó cómo intentaba mantener la mente en blanco.
Por eso a veces puedo pecar de ser muy detallista explicando todo para intentar que no se de malos hábitos por desconocimiento. Cuanto mejor se entienda todo esto y menos ambigua quede la información que se da, pienso yo, que mejor se hará la práctica. Todo esto siempre bajo mi opinión y experiencia.
Entonces la solución es ser consciente del proceso que haces al meditar, observar con especial cuidado y notar que ese proceso de «mente en blanco» no se produzca o si se produce intentar cambiarlo y así podáis terminar la meditación de manera normal.
Es más cuando se termina la meditación hemos trabajado la atención consciente plena. Por lo que es lógico que nuestra capacidad de enfocarnos y atender a lo que venga después debería ser mejor y no lo contrario.