| iTunes | iVoox
Hoy hablaremos de uno de los beneficios de la práctica continuada y su intención y acción de aplicarla en el día a día. Y a qué rutina la podemos asimilar para que entendamos cómo funciona.
Todo sabemos ya en parte cómo funciona una rutina, tenemos miles de rutina asimiladas por cosas que hemos realizado por repetición. Y que esas acciones incluso podemos realizarla sin estar pensando en ella.
En realidad, es en parte cómo funciona la mente, Intenta realizar rutinas de las cosas repetitivas para que no consuma tanta energía, recursos mentales y esos recursos sobrantes pueda dedicarlo a otras cosas si lo ve necesario.
Estas rutinas mentales trabajan en nuestra mente, en muchos casos, por debajo de la voluntad de ponerla en práctica, por debajo de la intención de ponernos a ello, por debajo de la conciencia, trabaja en el subconsciente.
Y tiende a activarse, en muchos casos, de una manera casi automática una vez bien aprendida, aunque no tengamos intención o voluntad en ese momento de ponerla en práctica para alguna cosas.
No puedes anular el no querer activar tu mente, cambiar esa atención donde estabas para dejar de prestar atención al escuchar que se ha pronunciado tu nombre
En este caso creo que para explicar esta rutina de ser consciente, de cómo funciona, en cierta manera ese darnos cuenta de cuando nos dispersamos, de cuando nuestras emociones surgen en nosotros, de cuando nos empezamos a estresar o estamos estresado, de cuando algo nos desvía la atención de donde deberíamos estar.
Creo que quizás el símil más adecuado para explicar todo esto es el comentado anteriormente, el que alguien pronuncie nuestro nombre
Símil “Pronuncia tu nombre” / “Ser consciente”:
Puedes estar en una fiesta, una reunión, o con cierta cantidad de gente en algún lugar, y pueden estar hablando a tu alrededor, puede haber un grupo de gente hablando al lado tuyo y conversando unos con otros, de una y otra cosa, y puede haber en ese momento otras mil cosas que suceden, que oyes, pero a la que no le prestas atención porque tu estas en lo tuyo, charlando o atendiendo a lo que dice otra persona.
La mente hasta cierto punto está “escuchando todo”, pero no lo atiende, solo, que como entiende que no le sirve o no le llama la atención, porque es lo que habitualmente haces, se centra en lo que haces en ese momento, estar charlando con amigo, observar algo, etc.
Pero en el momento que alguien pronuncia tu nombre, por norma general, la mente parece que se activa , parece que se ha dicho una palabra clave para activar una red neuronal. Sería un estilo parecido a lo que utilizan algunos móviles a los que puedes llamar en cualquier momento y se activan de manera automática. estilo “oye Siri”, “Alexa”, “ok google”, etc . Que parecen que no estaban escuchando pero ahora de repente atiende a tus peticiones.
Aunque en realidad siempre están escuchando solo que están diseñado para “hablarte” o prestarte atención a lo siguiente que vas a decir y hacer algo al respecto en cuanto escuchan su nombre “Siri, “Alexa”, “Google”.
Entonces ocurre que donde antes no se ponía atención resulta que ahora sí, que ahora te has dado cuenta que has escuchado tu nombre, sin embargo no tenías ninguna intención de estar atento para prestar atención si alguien pronunciaba tu nombre. Y, por norma general, tu atención se despierta para observar quien lo pronuncio.
La rutina tambien se entrena
Entonces, eso, al final, es una rutina mental por repetición y lo que es por repetición es muchas veces también, por entrenamiento mental, por prácticas.
Entonces estas rutinas según en qué fase se encuentre la activarás al principio de forma consciente, y con el transcurso del tiempo, y por esa constancia en la práctica llegará a activarse de forma inconsciente, no intencionada, no voluntaria.
De forma que ya no existe tanta intención de querer ponerla en práctica o voluntad para ponerla, y sin en cambio ella misma se activa.
Lo ideal con estas rutinas es que cuanto más asimilada la tenemos, menos energía o recursos gasta en tu mente, ventaja para dejarte hacer más cosas, estar atento a otras cosas, o mejorar esa capacidad de ser aún más consciente o implementar otras rutinas de gestión emocional de manera más fácil y eficaz.
Lo que consigues con esta práctica, esta rutina de ser consciente, es que tu mente permanezca a la espera para activarse cuando te dispersas para decirte “oye! que te estas distrayendo”. “Sssshh, nota esta sensación”, “observa lo que estás empezando a pensar”. Y todo esto sin hacer apenas gasto de energía, de recursos mentales, lo que significa una mente menos cansada y que más tiempo puede mantener esa rutina activada.
No es 100% eficaz
Eso, si, tampoco vamos a vender humo, no vamos a decir que con estas prácticas de ser consciente de que tu mente se va a una emoción, algún pensamiento, alguna sensación, vamos, a lo que comúnmente solemos llamar dispersión.
Pues tampoco vamos a decir que sea perfecta que ya a tu mente no se le vaya a escapar ninguna distracción, eso no sería cierto. Pero está claro que ya te quita una gran cantidad de ellas, no realimentas muchas… vamos, total, que lo que hace es que tu mente se mantenga más activa pero calmada, sin tanto ruido mental durante tu transcurso del día.
Es como tu nombre, alguna vez no lo escuchas, no vamos a decir que el 100% de las veces lo escuchas, porque ya hemos experimentado que no, pero en su mayoría si lo haces. Incluso a veces en lugares con ruido demasiados fuertes.
Pero es cierto que hay veces que te han llamado y estabas atento a algo y no te diste cuenta. Pues en ser consciente de que te vas, de las dispersiones, de las distracciones también puede pasar.
Eso sí, ciertamente ya es más difícil que se te vayan el notar, el ser consciente de sensaciones, emociones de intensidades fuerte, media e incluso algunas que son ahora apenas perceptible o suaves.
Igual que una persona si se puede dar cuenta cuando le llaman con intensidad fuerte, como si le gritaran al oído, de intensidad normal, cuando le llaman a unos metros, e incluso de intensidad suave cuando le llaman por la calle a bastantes metros de distancia.
Creo que hay que entender, o que mi intención de explicar todo esto es para que se entienda a dónde nos puede llevar estas prácticas, que no siempre vamos a tener que estar tan empeñado, con tanta voluntad o intención de darnos cuenta de nuestras dispersiones.
Quiero que veáis una especie de “a dónde nos puede llevar”, de lo que se puede conseguir y que no siempre necesitarás tanto esfuerzo y voluntad, al menos no tanto. Como se sabe los mayores esfuerzo de voluntad es al implantar una rutina nueva, los primeros momentos de la práctica hasta que lo convertimos o lo volvemos algo más natural en nosotros, en una rutina mental.
Esto no quita, claro está, de la perseverancia para mantenerla, de la voluntad para refinar y mejorar cada vez más esta cualidad de ser consciente. De la intención de seguir intentando ponerla en práctica en momentos que cuestan un poco más.
Y de intentar no acomodarse a lo que uno tiene conseguido, sino como digo siempre aunque ya lo tenga en rutina. Siempre hace falta seguir con el entrenamiento para mantenerla, siempre hace falta un poco de voluntad para el siguiente paso, no es matarse pero poner intención en un poco, otro poco y otro poco, pues al final van sumando y vamos mejorando progresivamente.
Como se dice, “sin prisa pero sin pausa”
Concluyendo.
- Al final lo que quiero que entendáis hoy, es . Como esto puede llegar a convertirse en una rutina mental como el darte cuenta cuando pronuncia tu nombre u otra acción cualquiera.
- Y que se activará de una forma más automática, como si formara parte de ti, pero claro esta si le dedicas tiempo, esfuerzo, voluntad e intención a este entrenamiento y a la acción de ponerla en práctica.