| iTunes | iVoox
Hoy hablaremos de un estudio que demuestra que mediante un entrenamiento de mindfulness podemos gestionar nuestra tristeza y que ella no dirija nuestras reacciones. Osea como esa técnica nos ayuda a sentirnos mejor
Ese estudio nos certifica como uno puede “desactivar” esas áreas del cerebro que hace que alimentemos esas sensaciones, y que nos “impide” salir de ese estado de tristeza.
Y que la práctica beneficia el activar otra área donde lo que se hace es activar el vivir la experiencia en sí solo como experiencia y sin añadirle nada más. Y cómo esto ayuda a salir de ese estado de tristeza, o al menos a mejorar nuestro estado de ánimo.
Hay que diferenciar entre sentir en modo “crítico” y sentir en modo experimentar. La diferencia es donde pones la atención. En la conciencia de sentir o en alimentar ese malestar.
- Cuando pones consciencia, tu foco, tu estado es ser consciente, no es sentir o alimentar sentir. Ese sería el estado de “alimentar”
- En el estado de consciencia tu decides donde pones tu atención, sin embargo en el “crítico” o secuestrado por tu estado emocional, el que decide donde pone su atención es tu estado de tristeza. Nose si se entiende ahora la diferencia.
- Ejemplo: En un barco de vela el secuestro emocional sería que el viento dirige donde vas. En la consciencia es el mismo viento pero tu dirige la vela para aprovechar el viento en tu beneficio.
Este estudio trata de comprobar si mediante un entrenamiento mental de atención consciente podemos pasar de una mente en modo narrativa a experimental.
Explico un poco ambas.
Modo narrativa :
- Es gran parte del comportamiento del que se compone el hecho de sentirse triste. Son esos pensamientos, charla interna que montamos en nuestra mente, indiferente cual sea; pero que tiene relación con esa sensación. Como por ejemplo decir esto es bueno o malo o que dice mi reacción sobre mi como persona, o excusando o razonando porque me siento mal, etc.
Modo Experimental:
- Es cuando permaneces atento de forma consciente a la experiencia en sí, sin juicio, sin razonamiento. A todo lo que surge en ti en el momento en el que surge, ya sea en una sensación, en algún pensamiento, etc.. Simplemente te enfocas en la experiencia en sí y en no alimentarla de ninguna otra manera que no sea simplemente observarla conscientemente.
Este estudio se controló mediante Resonancia magnética funcional (definición:” La imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) es un procedimiento clínico y de investigación que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales activas, por ejemplo al ejecutar una tarea determinada), o sea es una forma de quitar un poco el filtro “subjetivo” que uno puede tener sobre lo que hace. De esta forma el resultado que se obtiene es el real que ocurre en tu mente. Se dé o no cuenta esa persona de lo que pasa en él.
El estudio
En el estudio a los participantes se les hizo un control antes de empezar ese entrenamiento de mindfulness de 8 semanas y otro control después de haberlo realizado. Así se puede comprobar si existían diferencias. Y otro grupo ,el segundo, que no realizó el entrenamiento, se le hizo lo mismo antes y después de 8 semanas simplemente
¿Qué datos se obtuvieron del estudio?
Una introducción antes. Normalmente antes de la práctica ya sean o no meditadores, hay dos zonas del cerebro que se ven vinculada y activada cuando uno se siente, en esta caso triste, y la forma habitual, por costumbre, por hábito de como actuar nuestro cerebro, y hago un inciso, suele ser difícil de activar una sin activar la otra. Una es la parte de observar esa sensación (ínsula) y la otra la de no generar esa charla interna sobre lo que te ocurre, esa alimentación mental. (zona prefrontal medial).
Las personas que realizaron el entrenamiento
Entonces e yendo al tema, las personas que realizaron el entrenamiento redujeron su actividad en una zona del cerebro que suele estar vinculada al el análisis y la evaluación (zona prefrontal medial).
O sea cuando actuamos valorando lo ocurrido y al reflexionar sobre ello y analizar si es bueno o malo, a evaluarnos según como hayamos actuado o nos estamos sintiendo, a crear esa charla mental interna de cualquier tipo
Entonces esas personas que realizaron la práctica de ocho semanas aumentaron su actividad cerebral en las referente a “dirigir”, decidir, en este caso a las de dirigir en cada momento su enfoque a la experiencia sensorial (zona lateral prefrontal cortex y en especial la ínsula).
O sea, uno decide de forma consciente dirigir la atención y la conciencia a algo que uno decide y no es llevada su decisión en que enfocarse, en este caso, por ese secuestro emocional. O sea, decides conscientemente el foco de tu atención y no tus emociones.
Qué pasó con Las personas sin un entrenamiento.
Estas mantenían vinculada las dos áreas del cerebro, o sea se sentían triste y alimentaban más esa sensación de sentirse triste.
Con lo que en verdad lo estaban haciendo es que sentían, que estaban triste, eso activa esa zona del cerebro que creaba esa charla interna, esa alimentación, esa “historia” mental que hace que la alimentemos más, que nos sintamos incluso peor que solo estar triste. Este suele ser un ciclo cerrado donde uno alimenta a la otra y a veces cuesta salir de forma consciente de ella.
¿Podemos aprender a reducir nuestra tristeza?
A la pregunta que responde este estudio es entonces, podemos aprender, entrenar a reducir, suavizar o eliminar esa sensación de tristeza, salir de ese bucle mental para sentirnos mejor.
La verdad es que si, que como hemos dicho una parte importante de el estado de tristeza es esa charla mental, esa historia, cualquier historia, lleves o no razón, pero esa historia que nos contamos mentalmente y que se produce en su mayor medida en la ínsula. Y como hemos dicho el mindfulness reduce la actividad de esa zona del cerebro, por ende se alimenta menos, y por ende lo que dejamos de alimentar tiende a desaparecer.
Piensa un poco cuando te sientes mal, seguramente siempre estás acompañando de alguna charla interna, es difícil ver un estado de ánimo que no se alimente de ese charla.
Piensa en ti y en una situación y si mantuviste esa charla interna.
¿Cómo reducimos esa tristeza?
Como hemos comentado, mediante la práctica de la atención consciente a la sensación en sí, ser consciente de la sensación en sí, sin incluirle nada más a esa observación.
Debemos ser consciente cuando nuestra mente activa esa zona del cerebro que genera esa charla interna, o sea, hablando claro, cuando nos dispersamos y nos salimos de observar esa sensación para alimentarla con una “historia” mental.
Al ser consciente no debemos de entrar en ese juego de charla mental y volver a valorar si esa dispersión fue mala o buena o porque ocurrió, simplemente ser consciente de que se ha producido y volver de forma suave a esa atención a esa sensación.
Está claro que es algo que no ocurre en tres días, de hecho este estudio se hizo mediante un entrenamiento de 8 semanas.
Aunque quiero hacer un inciso, que para mantenerlo en el tiempo uno tiene que seguir entrenando, es como el gimnasio, para mantenerse tiene que ir asiduamente, cuando dejes de ir se va perdiendo esos beneficios físicos.
Entonces, uno quizás piense que la tristeza tiene control sobre él y sobre cómo actúan, sobre cómo reaccionan, sobre cómo se sienten y cómo se comportan.
Pero debe pensar que el sentirse triste es normal, forma parte de nuestra vida pero que el control, al menos “sobre la gestión de ella” la tienes tú y que se puede conseguir entrenandola.
Esto es lo importante, no podemos evitarla, al menos en ciertas situaciones, pero lo que sí podemos hacer es que no dirija nuestra reacción. Que eso es lo que realmente hace que la mantengamos más tiempo.
Por lo tanto todo esto se trata de acercarse a la tristeza y no separarse, bloquearla o tratar de eliminarla.
Se que uno no quiere sentir la tristeza porque parece que la vaya a alimentar o que uno piense que el sentirla va a ser que se sienta mal como hasta normalmente le pasaba, uno no debe temer acercarse a ella por miedo a ese sentimiento y no querer pasar ese momento malo.
Con lo que uno siempre intenta evitarla, pero lo que evitas siempre estará ahí, y volverá una y otra vez y con más fuerza y la única forma que existe de superarla y sentirte mejor es acercándote.
Acercarse no quiere decir alimentarlo. Lo que hacemos es acercarnos a ellas para gestionarla, para reducir su poder, para que no se guarde en nuestra mente y vuelva a surgir con más fuerza. Todo lo que no se gestiona se mantiene en nuestra mente.
Concluyendo
Podemos evitar entrar o mantenernos en ese estado de tristeza mediante el entrenamiento de la atención consciente.
Este entrenamiento hace que desvinculamos dos áreas del cerebro, la de experimentar la sensación de tristeza y la que la alimentar mentalmente. Que normalmente están vinculada y que la alimentación mental es una parte importante que hace que la tristeza se mantenga más tiempo y vayamos a peor.
Y que la forma de hacerlo es observando con consciencia y experimentando esa sensación sin analizar, sin evaluar, sin enjuiciar, solo observar esa sensación de forma consciente.
Acción
Por lo tanto que tal si después de terminar de escuchar el podcast observa la primera vez que vuelvas a sentir esa sensación y actúas con consciencia sobre ella.