| iTunes | iVoox
Me gustaría dar unas pautas para quien quiera meditar y hacer de su práctica de meditación algo constante, para que a la vez esto le de más posibilidad de conseguir aquello que quiere y tengan más probabilidad de conseguirlo.
Puede ser de gran ayuda para los principiantes, porque con ello pueden conseguir mantener una constancia de su práctica de meditación, atención consciente o mindfulness con más facilidad y no tengan una pelea mental constantemente cada vez que quieran realizar sus prácticas.
También puede servir para personas que lleven un tiempo con estas prácticas y se sientan un poco incomodas con ella, o que se sienten que cada vez le está costando más realizarlas, o cualquier excusa últimamente le quita de realizar la meditación.
Y ya sabemos que para cualquier propósito de lo que uno quiera conseguir lo importante es la constancia en el tiempo de aquello que realizas.
1 Cantidad de tiempo en la que te sientas cómodo.
En esta me suelo repetir mucho cuando hago los podcast. Y es “Adaptalo a ti”.
Lo importante al principio, y casi siempre, no es cuanto tiempo haces, no se trata de una competición, ni de ser estrictos con un tiempo que dijeron que era bueno.
Quizás este consejo les venga bien sobre todo para los principiantes o aquellas personas que todavía no han cogido esa costumbre o hábitos para realizar esta práctica todos o casi todos los dias, o los días que se propongas.
Entonces se trata de elegir poco tiempo, y en esto de poco tiempo no nos referimos a un tiempo exacto para todos, si no al tiempo que se adapte a ti, el tiempo en el que te sientas cómodo realizando, cada uno tiene el suyo propio.
Entonces ponte un tiempo en el que creas que no te va a costar estar meditando, en el cual no sea fácil ponerse una excusa para no hacerlo. Incluso después de ponete el tiempo y después de haber realizado la práctica, quizás sería bueno evaluar cómo te sientes con ese tiempo.
No se trata de evaluar como te fue la meditación, si bien, mal o regular, ¿mi mente se ha distraído mucho o poco?. Que de hecho ya sabemos que no debemos hacerlo, pero bueno, a lo que ibamos.
Evalúa si notas que te sientes demasiado incomodo, incluso puede ser que estuviste muy cómodo y quieres ampliarlo un poco más. O puede ser que te sentiste mal y estabas demasiado nervioso, ansioso o sufriendo por termina, si es asi, reduce tu tiempo de práctica, no importa incluso empezar con 1 minuto.
No se trata aquí de quien hace más ni menos, es más bien hacerlo más cómodo o no. Esta claro que siempre hay cierta incomodez al principio por esto de estar realizando algo a lo que no estamos acostumbrando, pero una cosa es cierta incomodez y otra, el forzar y sufrir meditando, este no es el fin de meditar. Y además si lo fuerzas al final terminara dejandolo.
2. Elige, si es posible, los mismo lugares para meditar y la misma hora.
Solo si es posible, elige los mismo lugares y la misma hora.
Yo suelo hacerlo casi siempre a primera hora al levantarme, también por circunstancias alguna vez la he cambiado de hora y lugar.
Entonces, en la medida de lo posible, tenemos que intentar repetir el mismo lugar y hora, porque el hábito ayuda a que a la hora de ponernos a practicar nos cueste menos.
Pero tampoco tenemos que obsesionarnos con ello. A veces tendremos que cambiarlo, y es bueno también aprender a que tampoco debamos estar apegado al lugar ni hora para meditar.
Se flexible también si ocurriera cualquier circunstancia que no te permitiera hacerlo donde normalmente lo haces.
Tampoco hace falta un sitio especial, si lo requiere en la misma silla que estas, puede valer para empezar, después cuando uno coge costumbre si quiere puede ir cambiando. Porque a veces una excusa que utilizamos para no empezar la meditación es, “ahora tengo que moverme de aqui” o “ufff, es que preparar el sitio de meditación ahora… “, etc, etc.
Lo más importante no es el lugar de meditación, que sí puede ayudar, lo verdaderamente importante es meditar, ponerse a meditar.
3. Práctica en el día, la atención plena como investigación, como un juego o ambas.
Puedes tratarla como una investigación, al fin y al cabo lo que haces en la práctica de la atención consciente es aprender a gestionar pensamientos y emociones. Y para aprenderlo a gestionar lo has observado antes. Con lo que al final consigues conocerte a ti mismo un poco mejor y saber como reacciones a las circunstancias. Y eso en si es una investigación.
Tómatelo como un juego. ¿Porque como un juego si esto es algo serio?. Nos referimos como un juego porque no debemos tomarnos a pecho como nos sale la meditación, no se trata de sacar una puntuación para un examen, se trata que tomemos la actitud de tomarnos las cosas como si jugamos con un niño pequeño, tu hijo, tu sobrino.
Porque jugando con ellos puedes recibir golpes, incluso alguno mas fuerte de lo normal, que ya te digo yo que a veces duelen, segun como te den, jajaja. ¿Y que haces? ¿te molestas con ellos por un golpe fuerte y reacciones de la manera que si te lo hiciera una pesona mayor?. Pues normalmente no, sabes que es un juego, y por lo tanto lo gestionas de manera diferente y continuas como si nada, dedicado a seguir jugando y pasarlo bien con ellos.
Pues tomate tus prácticas en ese sentido, como si fuera un juego, no te molestes por que no vaya como esperabas, porque te acuerdes de realizar los ejercicios o no, porque no consigues las cosas en el tiempo que pensaste. Eso sí, hay que ser responsable pero tomate lo que suceda como un juego.
Esas práctica diaria de cualquier ejercicio de mindfulness o atención consciente que hagamos aparte de la meditación, si tambien las hicieras, ya sean ejercicios de meditación o de mindfulness, estos nos ayudaría a retroalimentar nuestros hábitos de estas práctica y por lo tanto a facilitar que esta sucedan más veces y con menos esfuerzo.
4. Saber el porque lo haces.
Si hay algo que realmente ayuda a una constancia en la práctica de cualquier actividad es la motivación, el propósito por el que he comenzado a realizarla.
Entonces una buena forma de empezar es saber el porque lo haces e intentar ser explicito a la hora de saberlo.
Puedes pensar, lo realizo para mejorar yo como persona, pero lo importante es “¿que parte de ti quiere mejorar como persona?”. Porque puede ser que ya tengas cualidades buenas, y haya que reforzar otras, y eso puede conllevar hacer más un tipo de meditación que otro.
O quiero dejar de sufrir, pero evalúa realmente que te hace sufrir: ¿un tipo de persona? ¿una circunstancia que te provoca uno sentimientos o emociones?, pues si sabemos cuales son, podemos hacer una práctica de meditación o mindfulness que refuerce en especial ese trabajo.
Y esto puede pasar con muchas más cosas generales como el estrés, la ansiedad, la depresión. Evalua y se más explicito de que parte en si hace que se provoquen eso, ¿lo condiciona más las circunstancias que vives? ¿el tipo de persona con la que estas?, ¿el tipo de persona que eres tú,?, etc.
Hay que saber que aunque es bueno trabajar todos los aspecto generales para una mejor gestión emocional y mental; el ser más explícito nos ayuda a reforzar aquello que me condiciona y me termina provocando una sensación desagradable.
Con lo cual si sabes más explícitamente lo que quieres hacer, vas a ver antes resultado en aquello que necesitas mejorar, por lo que te ayudará muy mucho a motivarme para continuar. Y como sabemos una buena motivación ayuda bastante para que una práctica se mantenga en el tiempo y eso conlleva que tengamos más probabilidades de que se convierta en un hábito y por lo tanto lo realicemos ya de forma más natural, y con menos esfuerzo a la hora de ponernos.
Al final con la constancia de esta práctica conseguirás :
- Centrarte más en aquello que quieres
- Parar esa mente errante
- Gestionar mucho mejor tus emociones
- Reducir o eliminar el estrés, la ansiedad, la depresión, las obsesiones etc
- No sufrir tanto.
- Tomarme las cosas de otro modo, más relajado y más conciente
- Tomar mejores decisiones y no reaccionar inconsciente y automáticamente a las cosas