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Ya sabes que prácticamente casi todas las decisiones que tomamos contienen una carga emocional detrás. A veces de más alta intensidad, y otras de tan baja que prácticamente casi no la percibes.
Y ya sea que quieras comprarte un coche, una casa, decidir qué producto comprar, que vas a comer hoy, como le contestaras a una persona que te ha molestado, como saldras de una situación negativa e incluso para comprar un bolígrafo, todas tienen una carga emocional detrás. Por eso la publicidad ya no te venden el producto por las caracteristicas, el razonamiento; sino tratan de que asocies una carga emocional al producto para venderlo.
Volviendo al tema, solo que quizás en tu vida alguna decisión repercute más en tu bienestar o en tu vida que otras.
Seguro que recuerdas alguna acción en donde sabias que tenias que reaccionar de una manera y te dejaste llevar por tus emociones, ella decidieron el camino a seguir. Y de algunas puede que te lamentes. O incluso después de reaccionar a esa emoción de forma inconsciente pensaste… “debería haber actuado de esta otra manera”.
Pues tienes una buena noticia… Puedes aprender a no reaccionar de forma inmediata e inconsciente frente a las emociones que te ocurren día a día.
La agencia EFE y el entrenador de Mindfulness e inteligencia emocional que imparte los cursos de mindfulness en google nos lo comenta.
Enrique Escauriaza nos dice que contamos con un segundo de ventaja entre la emoción y la decisión. Todo esto viene por un libro “un segundo de ventaja” de Ramus Hougaard.
Y esta noticia me ha llevado a reflexionar sobre ello y para ser exacto y concreto, si dispones de ese segundo de ventaja y no dispones de ese segundo de ventaja. ¡¡Que!!
Entonces, ¿de que depende de tener o no esa ventaja?
Podríamos decir de 3 cosas y la tercera la más importante y esencial.
1ª. Del tipo de emoción. Todas las emociones no son iguales
No es igual deshacerse de la Ira, de un daño inmediato que hayas recibido y buscar la venganza en ese mismo instante, que del apego a algo material o a alguien.
Un ejemplo simple con el apego sería recordar esas cosas antiguas que tienes guardada y le tienes un gran aprecio. Por ejemplo: un regalo de tus padres, o de alguien especial, o algo que te recuerde un momento muy bueno, pues estas cosas son más difícil de tirarla que algo que te compraste nuevo hace poco y ya no te vale; y al no tenerle casi aprecio, te resulta más fácil deshacerte de ellas que las de gran carga emocional.
En estos casos el deshacerse de algo a lo que le tienes apego, es decir, una gran carga emocional, requiere más tiempo; ya que existe una aprecio continuo por esa cosa durante un largo periodo de tiempo. Sin en cambio la ira sobre alguien que se te está produciendo en ese mismo instante y somos consciente de ello en ese mismo momento, podemos gestionarla en el acto y controlar la situación y nuestra reacción ante ello en ese momento.
2ª. De cómo de instalada esa rutina en nuestra mente
No es lo mismo una que apenas lleva unos días una rutina mental en tu mente de la que lleve años contigo. No reaccionas inconscientemente de la misma manera con una persona que apenas conoces y empieza caerte mal, que una persona molesta que ya conoces hace años porque ya tu mente va predispuesta al conflicto.
En la persona que conoces poco, piensas…” me esta molestando” y te va molestando cada vez más y reacciona a su acciones.
En la que te cae mal hace tiempo, ya ni piensas nada, automáticamente reaccionas a lo que hace, en verdad ya da igual lo que haga te cae mal incluso que sonría (dirás.. “de que se estará riendo”), o incluso de que ayude a alguien (dirás… “seguro que lo hace para obtener algo”), y así con cualquier acción.
Si no, recuerda cuando estás enamorado de tu pareja o cuando pasa a ser tu ex. En la mayoría, en la mayoría de los caso lo que ante te caía bien ahora te sienta mal. No cambia la acción de tu pareja sino la emociones que sentimos frente a esa persona. Esta acciones son las que te hacer decidir cómo reaccionar frente a ella de una manera o de otra. Sentir de una manera o de otra.
3ª. La más importante. SER CONSCIENTE.
Esas décimas de segundo, ese segundo o segundos de ventaja frente a esas reacciones o decisiones diaria frente a las acciones que recibes solo no lo puede proporcionar el ser consciente de que eso se está produciendo. Ser consciente de las sensaciones que te produce alguien o algo te da la ventaja de darte cuenta de las sensaciones, aceptar esas sensaciones y pensar en ese instante qué decisión tomó frente a lo que te está ocurriendo en ese momento.
Y la manera de ganarse ese tiempo de ventaja es la práctica de la atención consciente plena, el mindfulness o la meditación, en ellos se practica, el ser consciente de todo ello.
Pero realmente… ¿Como puedes instalar el ser cociente entre la emoción y la decisión?
Ejemplo:
- Cuando alguien te habla lo recibes debido a tus percepciones, que en este caso recibirás un estímulo sonoro y visual. Y en referencia a lo que diga, cómo lo diga y sus gestos, esa acciones te generan un pensamiento donde le imprimirás un juicio emocional, ya sea con emociones buenas o malas, luego esa emociones se representan en el cuerpo. Y después según ese juicio emocional actuarás de una forma o de otra frente a esa persona o situación.
Pues en este caso hablamos de poner tu consciencia en el momento que le has imprimido esa emoción y sentir cómo esa emoción te genera sensaciones más o menos intensa en el cuerpo, pues resulta más fácil de notar tus sensaciones corporales que tus juicios mentales. Entonces es ahí donde tienes ese segundo de ventaja, entre que notas esa sensación en el cuerpo y reaccionas inconscientemente frente a esa sensación.
Esta es la ventaja, entre otras muchas, que te da la práctica de la atención consciente. De tener más capacidad de ser consciente de tus reacciones mentales y emocionales. Ya que lo que se entrena es aprender a observar tus pensamientos y tus emociones, aceptarlos y no reaccionar inconscientemente frente a ellos.
Es más con la práctica y la constancia puedes lograr tener conciencia incluso antes de esas sensaciones corporales, puedes incluso ser consciente en el momento que pones un juicio mental, o en el momento que percibes los estímulos. Con lo que consigues en muchos caso no tener que pasar por esas emociones intensa y después gestionarla.
La práctica te ayudará a refinar, y ser más sensible y consciente a tus estados mentales y emocionales. Pero no entraremos a hablar de ello, ya que sería para otro tema. Si queréis que hable sobre algún tema especifico solo tienes que comentármelo.