| iTunes | iVoox
Hoy hablaremos de la diferencia de una mente calmada o mente ocupada en referencia a cómo afecta esto a tus preocupaciones interna. Si de esa forma realmente los problemas desaparecen en ambas opciones o si es contraproducente o beneficioso.
Primero haremos una breve definición de ambas para que entendamos a qué nos referimos.
Mente ocupada: Me refiero cuando tratamos de ocupar la mente con todo tipo de distracciones para que no pueda pensar en preocupaciones.
- Por ejemplo: cada vez que entras en casa enciendes la tele para que no se quede nada en silencio, te apuntas a cualquier actividad para no dejar hueco en tu agenda, te distraes haciendo cualquier cosa para que tu mente tenga algo en qué enfocarse y no se vaya a ese run run mental.
Mente Calmada: Cuando tenemos la capacidad de gestionar esos pensamientos y esas sensaciones y podemos estar en silencio sin distraernos en cualquier actividad sin sentirnos con ese miedo o inquietud en que nos invada esa lluvia mental de preocupaciones que nos generan malestar y sintamos que no podamos controlarla.
Mente ocupada
En un principio puede pasar que la mente ocupada, quizás consiga que algo no llegue a tu mente, bueno que no salga a la parte consciente, porque esta seguirá estando, solo que ocupas tu mente para que tu foco de atención sea más fuerte hacia el exterior, hacia algo que haces; que hacia el interior, o sea, atender a lo que sale de tu mente. Por la misma razón las personas buscan cansarse físicamente para no pensar por la noche.
El problema es que todas esas preocupaciones siguen estando ahí, para salir de tu mente en el momento en el que no se encuentre ocupada, incluso llegarán momento en que este ocupada y empiecen a aparecer pensamientos con más fuerza en tu mente y termine saliendo con una fuerza mayor que ya trae acumulada.
Así que no consideremos la mente ocupada ,forzar a distraer siempre tu atención con algo exterior, como una técnica para mejorar, aunque notes que no lleguen esos pensamientos. Porque están, están ahí esperando, y cada vez van cogiendo un poco de más fuerza, no la misma que si la alimentara, pero si van cogiendo más fuerza.
Podríamos utilizar el hecho de mantener esa mente ocupada, si lo quieres, como una transición, o sea, mientras sea muy fuerte eso que te viene de la mente, ocupala, pero también tiene que buscar breves momento para empezar a gestionarla, llevarla a una mente calmada, e ir equilibrando esas dos acciones con el fin de no tener que ocupar o forzar la mente en estar distraída para que esos momento de no estar ocupada no te generen estar mal.
No hacer cambios radicales:
Con esto no quiero decir que ahora pasemos de una mente ocupada a desocuparla totalmente para trabajar las preocupaciones, ¡no!.
Como siempre aconsejo, las cosas hay que realizarla progresivamente.
Si realmente estás siempre ocupando la mente porque tienes una gran preocupación, que no quieres que salga al exterior porque no te sientes aún con confianza para gestionarla, pues no se trata ahora de exponerse a ella, no hay que hacerse el valiente e irnos a una guerra sin armas, sin recursos para afrontarla.
Si realmente dejamos de ocuparla en otras cosas exteriores, seguramente esa preocupación podría con nosotros porque aún no hemos entrenado a gestionarla.
¿Cómo cambiar de una mente ocupada a mente calmada?
Por eso lo ideal es que continúes como lo haces ahora, pero ve incluyendo en tú día un tiempo de meditación y de algún ejercicio de Mindfulness que te vaya ayudando a gestionar todo eso, y si ya practicabas algo, sería bueno entonces incluir un rato más de práctica u otro ejercicio más.
Lo ideal es ir trabajando esa gestión mental y emocional en esos momentos de práctica que nos hemos puesto para enseñar a la mente cómo debe de actuar y así nosotros ir sintiendo, esa fuerza, esa confianza de que podremos gestionarla. Y hacerlo, claro está, de forma progresiva
¿Quizás te sientes así?
Ahora quizás no te sientas o no sientas esa confianza, o pienses incluso que no la tendrás más adelante porque no te ves que pueda sentirla, ya que tus experiencias anteriores te hacen pensar eso, pero es normal sentirse así; hasta cierta manera, estás protegiéndote para no enfrentarte sin herramienta a una guerra perdida.
Pero piensa, ahora estamos haciendo algo diferente, ahora estamos enseñando a la mente, estamos entrenando esa gestión mental y emocional con una técnica que sí funciona.
Así, que ahora, si puedes dar ese paso para ponerte a gestionar lo que viene de tu mente, siéntete con confianza, y darle una oportunidad, es cuestión de tiempo que empieza a ver sus efectos y cuando veas que en ti se van produciendo esos efectos es cuando tu empezaras a sentir esa confianza. Se que ahora tendrás que empezar con esa pequeña inquietud, pero si lo haces esto dará sus frutos.
Ahora toca equilibrar. Pero sigue haciendo lo que te gusta
También comentar que no es que tengamos que dejar de hacer cosas que nos guste, sino reflexionar sobre qué nos hemos “impuesto” a hacer para ocupar la mente y ver realmente que no todo lo que hacemos en el día lo realizamos porque nos gustaría hacerlo, algunas pueden estar cubriendo nuestro tiempo durante día solo para que tu mente no entrará en esa charla mental.
Por lo tanto cuando vayas avanzando en tus prácticas, reflexiona cuáles acciones realmente te gusta hacer y cuales eran “forzadas”, o sea, que el fin era no pensar, y no hacer esas acciones que haces ahora porque te apetecía hacerlo.
Así poco a poco y cada una en su tiempo, mantener las acciones que realmente te gustan y eliminar las que te impusiste para no pensar. Claro está, como hemos comentado de una forma progresiva y consciente.
Beneficios de una mente ocupada, mal menor.
También hay que decir que si uno no maneja bien la gestión emocional y mental esto de ocupar la mente siempre es más beneficioso que someterse a ese secuestro emocional que nos genera esas preocupaciones mentales, y tener que sufrir sus consecuencias.
Al menos ocupando la mente uno se siente que tiene cierto poder sobre esos pensamientos ya que consigue que no salgan a la luz. Además de conseguir no alimentar más esos pensamientos para que nos afecte de forma emocional y nos genere un estado de malestar que no deseamos tener.
Entonces ocupar la mente debe entenderse más como un mal menor, que como una opción a largo plazo.
La preocupación al final siempre encuentra su camino para salir a la superficie.
Hay que saber que todas esas preocupaciones ,con cierta intensidad, que ronda tu subconsciente encontrará la forma de salir y lo hará justamente cuando estes con tus “defensas mentales” bajas, a veces serán unos instantes y otras un rato mayor.
Pero otras puede cogerte con defensas bajas un poco más duradera y entonces en ese momento tiene todas circunstancias negativa en tu contra, esos pensamiento y lo que ello conlleva y que vendrá en el peor momento para afrontarla, esa bajada de ánimo, y es cuando ahí puede hacer mucho daño al salir a la superficie todo eso que retienes en tu mente.
Piensa que al ocupar la mente en otras cosas solo estamos retrasando el momento en el que saldrá, y desgraciadamente, también alimentándola subconscientemente para que llegue con más fuerza cuando salga, no con la misma fuerza si la alimenteramos mentalmente o la experimentáramos o como si la alimentaras cada día, pero sí al no quererla tener mentalmente y no gestionarla le vamos dando un poco más de fuerza.
Que deberíamos pensar.
Así que sería bueno plantearse lo de “ocupar la mente” como un “me estoy dando tiempo para enfrentarme a ella con las herramientas adecuada”, mientras me entreno con la práctica de la meditación, mindfulness u otras técnicas y poderme enfrentar a esas preocupaciones de manera más eficaz.
Tampoco hay que dejarla ir mucho ese tiempo que hemos comentado que aunque no se alimente conscientemente, se alimenta en con menor fuerza subconscientemente pero que al final gota a gota esa preocupación va conguiendo más fuerza y puede sobrepasarnos sin que lo esperemos.
Está claro que todas las preocupaciones no son iguales, no es lo mismo que rompas con tu pareja, porque esa sensación emocional habrá que pasarla y gestionarla si o si, más temprano o más tarde. Que intentar no crear ese run run mental de una discusión que tuviste con alguien porque la mente se está empeñando en recordarla, estas a lo mejor dentro de un día o unos días desaparece.
Entendamos siempre desde que situación salimos y reflexionemos cómo nos afecta a nosotros para entender cómo debes aplicar y si debemos aplicar estas técnicas. Aunque para ambas las recomiendo.
Todo lo que digo no debe tomarse de manera literal, si no siempre mirándolo en su contexto.
Resumiendo
- La mente ocupada, distraída en todo lo exterior para no pensar, es un mal menor que al principio puede ayudar.
- A la larga todo lo que realmente te preocupa saldrá a la parte consciente y para eso debemos entrenar la forma de gestionar esos pensamientos.
- Incluyamos la práctica de la meditación de forma progresiva, buscando un hueco donde entrenarla con esos pensamientos que retienes.
- Con el tiempo ve dejando esas actividades que hacíamos para no pensar en nuestras preocupaciones y solo deja las que realmente te guste hacer.
- Y sobre todo, confía en que esta práctica te dará esa confianza y esa técnica para gestionar tus pensamientos y sensaciones.
Acción
¿Que tal si ahora mismo piensas y eliges una acción que hagas en el día y puedas ahí introducir un tiempo para entrenar tu mente a gestionar esos pensamientos y sensaciones con Mindfulness o meditación?