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Hoy comentaremos que para mantener un bienestar, un sensación agradable, necesitamos posar esa atención en aquello que nos la produce , ya sea de forma inconsciente o consciente.
Es algo que quizás parece obvio, pero si reflexionamos un poco, ¿realmente nos comportamos o actuamos así?, realmente ¿damos las facilidades para que esto ocurra?
Para lo que hablamos hoy es para darnos cuenta de ello, para poner consciencia en esta “circunstancia” y evidentemente para ponerle siempre un contexto de la práctica de la atención consciente plena y como se utilizaría en estos casos.
Para cualquier sensación, en la mayoría, salvo circunstancia internas del cuerpo y quizás otras. Pues para generar cualquier sensación, emoción, bienestar o malestar necesitamos que nuestra atención se pose en algo, ya sea algo que ves, algo que escuchas, algo que te dices a ti mismo, algo que piensas o incluso algo que sientes.
Imaginate que estas normal y escuchas de repente esa esa canción que tanto te encanta o que recuerdos te genera y puff, surge esa sensación agradable, y wauuu.. .Has pasado en un instante de estar normal a una sensación agradable.
Pero claro está, ha requerido que poses tu atención en esa canción o en los recuerdos que te vienen relacionados. Pero, de repente, la persona que tienes al lado te comienza a hablar y comienza a preguntarte, total que tienes que cambiar tu atención a escucharla y responderla. De repente se diluye esa sensación agradable, porque tu foco de atención está posado en atender a la persona o personas que tienes al lado.
Pues aquí podemos hacer una similitud de las canciones por circunstancias que te ocurre, la sensación agradable, podría ser cualquier sensación y la persona que te habla puede ser cualquier distracción que te saca de aquello donde estabas.
(siempre hay que hacer una aclaración con los sentimientos, y es que algunos necesitan más tiempo en su proceso para que se diluyan dentro de ti que otros).
Y ahora me pregunto yo, ¿cuántas cosas hacemos que nos produzcan ese bienestar, esa sensación al menos de tranquilidad mental o de disfrutar de algo.? Y es más, incluso la podemos estar realizando, pero ¿con cuántas cosas nos dispersamos mientras la realizamos?, y que da como resultado final el no terminar disfrutando de ella o consiguiendo esa calma mental, ese bienestar.
Por ejemplo. Realizamos algo que nos encanta y no terminamos por disfrutarla o incluso podemos llegar a decir alguna vez que antes disfrutabamos mas de esas posas que hacíamos.
Pero, quizás, ahora podría estar ocurriendo que estamos realizandonla y continuamente cambiamos nuestra atención contestando entremedio de la actividad a mensajes que no necesita inmediatez, poniendo la televisión de fondo con lo que la mente, termina por estar medio escuchando o ver lo que ocurre en la televisión, por no decir que intentamos solucionar las cosas del día u otras mentalmente mientras realizamos aquello que nos gusta, pensando solo en adelantar cosas, y así miles de casos más que pueden ocurrir. No se si ya me entendéis por donde quiero ir.
Además fíjate que cuando realmente disfrutas de esos momento estás plenamente atento haciendo eso que te gusta
A veces resulta, a veces, que no siempre, que no es que hagamos tantas cosas que nos genere un estado de malestar, sino que puede ocurrir que los momentos que tenemos para disfrutar y combatir ese malestar disfrutando de las cosas que nos gusta , pues terminando no alimentandola porque mientras que lo hacemos vamos posando nuestra atención en nuestros pensamientos de preocupación, en hacer dos cosas a la vez, o en tener algo encendido que escuchamos de fondo para no mantener ese lugar en silencio.
Con esto quiero decir que no sólo utilicemos la atención, nuestro foco de atención y gestión emocional y mental de la meditación o el mindfulness para las cosas que nos generan malestar. Sino para también hacer que disfrutemos más de las cosas, se que en las cosas que normalmente no te generan ni una sensación ni otras, es más difícil general ese bienestar, pero si tenemos en nuestra manos más facilidad de generar ese bienestar en aquellas que nos gusta hacer y que a veces esa sensación se ve diluida porque nos distraemos en ese mismo momento con otras cosas.
Como he dicho ese bienestar, ese disfrutar de las cosas, necesita de tu atención, de posar tu atención en ellas.
Por lo tanto igual que en la meditación nuestro foco es la “sensación de la respiración”, pues en aquello que haces que te genera bienestar, el foco de atención es lo que haces, lo que realizas en esos momento, en cómo te sientes en esos momento
Y de igual manera que una dispersión en la meditación es aquello que nos saca de nuestra atención consciente a la respiración, en este caso aquí consideramos que algo nos genera dispersión a todo aquello que nos saque del foco de atención de aquello que nos genera bienestar, de aquello que realizamos.
Ya sea querer mandar un mensajes, escuchar o poner la tele y de vez en cuando posar nuestra atención ahí, de las preocupaciones mentales o intentar arreglar el día mentalmente mientras haces lo que te gusta, todo eso hay que aprender también a gestionarlo como una dispersión, como lo hacemos en meditación o mindfulness. Hazlo simplemente no realimentandolo, no etiquetandolo, aceptando que ha aparecido y volver de forma suave a lo que hacías. E incluso no enciendo la television, radio, musica, etc. No generando estímulos que nos puedan distraer.
Piensa que las sensaciones negativas tiene más fuerza en la mente que las positivas, por eso requiere más de nuestra atención, de nuestra intención de posar nuestro foco en ellas.Pensemos que disfrutar de las que nos generan bienestar necesitan también gestionar las dispersiones que quieren cambiar tu foco de atención a otras cosas.