| iTunes | iVoox
Se que muchas veces habrás escuchado que para meditar, es ponerse y relajar la mente, es ponerse y no hacer nada, que esto no es un esfuerzo y que solo es atender a la respiración.
Seguramente algunos lo comenten porque realmente no va entrar en cada detalle de cómo se medita para no aburrir o hacer una conversación o explicación muy larga, pero sí, la meditación requiere esfuerzo, un esfuerzo equilibrado, suave, pero esfuerzo al fin y al cabo.
Y esto es simplemente porque cualquier cosa que quieres aprender requiere cierta voluntad en ponerse a realizarse y en este caso también cierto esfuerzo mental en mantener o entrenar la mente a actuar de una manera diferente a lo que normalmente ante los pensamientos o sensaciones que tenemos .
También hay que decir ,aunque algunos ya lo pueden saber por su experiencia, porque ya llevan su tiempo meditando, pero para los que empiezan tienen que saber para no se hagan expectativas contrarias, que este es un esfuerzo equilibrado, osea no estar tenso, pero tampoco relajar la mente, tiene que ser un esfuerzo suave en mantener ese equilibrio de atender a la respiración y a la dispersión mental y ser consciente de ella.
Es deficil de explicar cómo es ese esfuerzo, esa sensación, porque es una experiencia que uno tiene que tener propiamente y desde ahí notar el mismo, ese equilibrio o llevarla a ese equilibrio, pero comento todo esto por dar ciertos detalles, consejos o guías, experiencia personal u opinión para que podáis entender a lo llamó esfuerzo equilibrado o suave.
Al principio como todo, podemos pecar tanto de demasiado esfuerzo, demasiado empeño en querer estar atento a la respiración y ser consciente a la vez, que podemos cansarnos mentalmente pronto porque utilizamos demasiado empeño en estar concentrado ( es cierto que este esfuerzo de concentración puede hacer que te disperses menos, pero te cansarás antes, y la cuestión no es dispersarse menos, sino saber gestionar esas dispersión), y otras veces puede ocurrir lo contrario, que nos ponemos a meditar pero apenas pongamos empeño porque pensemos que simplemente es relajar nuestra mente y terminemos al final medio dormido, medio aburrido, o simplemente relajado mentalmente.
Y no es que relajarse mentalmente este mal, al contrario si lo que buscas es relajarte mentalmente es lo correcto si necesitas simplemente desconectar, pero en la meditación, en el mindfulness en el entrenamiento de la atención consciente plena a la respiración, en ese caso, lo que se trabaja es estar más enfocado conscientemente de una forma suave para así detectar cuando nuestra mente se dispersa y damos cuenta de ello, ser consciente de esa distracción para aprender a gestionarla y volver nuestra atención a la respiración.
La diferencia entre relajada o atenta conscientemente es que la primera, relajarse, nos sirve para ese momento, para relajar la mente, por desconectar de lo que estabas haciendo.
Y la segunda, atención consciente, es un aprendizaje, un hábito, una rutina mental que aprenderás para cuando estes en tu día a día puedas aplicarla, y por lo tanto puedas aprender a no reaccionar como normalmente lo haces, porque que al final te hace daño a ti, te crea malestar esa reacción que tienes a esos pensamientos, o te puede servir para enfocarte más en lo que quieres porque con esa rutina mental aprendes a atender a las dispersiones y dejarla pasar sin que te distraigan más tiempo que el de darte cuenta de ellas.
Entonces cuando uno se pone a meditar es normal estar con menor esfuerzo y llegar a estar aburrido o demasiado relajado en la meditación o con demasiado esfuerzo, demasiado concentrado.
Pero esto hay que asumirlo, es normal pasar por esta fase y no nos debemos molestar por estar ahí, es más es donde debemos estar y a partir de ahí avanzar, esos también eran pasos de un camino que estamos recorriendo y pasos necesarios.
A veces al principio es incluso, no diré que sea bueno, pero normalmente es como solemos aprender, y es poner demasiado esfuerzo en atender y en ser consciente de la respiración, osea ser consciente de la sensación de la respiración, y como la respiración es una sensación muy sutil utilizamos mucho esfuerzo para notarla o forzamos esa respiración. Por aquí pasamos todos.
Pero a medida que se avanza nos hacemos más sensible a notar la sensación de la respiración por lo que ese exceso de esfuerzo deberíamos darnos cuenta de que se está produciendo e intentar equilibrar un menor esfuerzo, un esfuerzo más equilibrado en notar la sensación de la respiración.
Y a medida que lo vaya haciendo notarás incluso que te mantienes más tiempo en la meditación o que te sientes en un estado más equilibrado a la hora de estar en la respiración.
Incluso cuando te dispersas puedes notar que te das cuenta antes y que la gestiona de una manera más suave, a pesar de que ese dia te vengan muchas, sientes que tu mente relajada pero activa, osea, equilibrada para atender a la respiración y gestionar tus dispersiones mentales sin gastar mucho esfuerzo.
Pero está claro, todo esto requiere tiempo, requiere práctica, requiere cierto «análisis» por llamarlo de algún modo a como vas realizando la meditación e ir avanzando.
Requiere al final lo que comentamos, requiere esfuerzo, voluntad, empeño en dedicarle tiempo a lo referente a la meditación y no ponerse simplemente por estar ahí puesto en posición de meditar.
También lo que pasa con todo esto, es que cuando meditamos todos estos detalles de cómo hay que meditar, no lo tenemos en un curso o una guia, que te enseñe cada paso en ese momento. Son más meditaciones generales, y que dan por sentado muchos detalles como este u otros que no se toman en cuenta.
Nose si porque puede resultar aburrido decir tantos detalles o por otras razones, pero realmente son detalles que han de aprenderse y aplicar, para que realmente hagas una buena meditación sea cual sea el tipo de meditación que realices. Supongo que en parte es porque ir introduciendo nuevos detalles nuevas cosas a la práctica al final es salir de lo habitual, ósea requiere esfuerzo para seguir aprendiendo, dar ese pasito y poner esa voluntad para seguir subiendo escalones.
Por eso de vez en cuando es bueno un análisis de cómo vas, cómo mejorarlo y los pasos siguiente a dar para mejorarlo.
Y esto del esfuerzo es uno de ellos, saber equilibrarlo os puede ayudar a mantenernos más tiempo en la meditación, gestionar de una manera más suave y correcta esos pensamientos, y hacer que esto no sea un ejercicio de pura concentración o relajación, osea que no llegues a aburrirte o que el cuerpo se te venga a bajo; ni que termines con cierto cansancio mental por demasiada concentración.