Los ejercicios de mindfulness en la respiración siempre son buenos por muy poco tiempo que le dediquemos, pero a veces no es todo lo que esperamos o no terminamos de hacerlo de forma correcta.
Quiero hacer hincapié antes de comenzar que siempre que dediquemos aunque sean segundos a hacer una práctica de atención consciente a la respiración o a algo que realices parecido, siempre obtendremos beneficios, pero como todo, si lo hacemos de forma adecuada sus beneficios pueden ser mejores y no creamos una falsa sensación de “descanso mental” entre comillas, por llamarlo de algún modo. Os explico
¿Porque es bueno hacer esa parada?
Esta parada en cualquier instante, ya sean momento de estrés, ansiedad, ira, nerviosismo, etc, etc, incluso en momento normales en el cual estés en un estado incluso bueno, el hecho de realizar el ejercicio ya nos dice que hemos aprendido a “darnos cuenta”, a aplicar esta consciencia en el día a día para que en ciertos momentos seamos consciente de cómo estamos y mejoramos ese estado o le ayudamos a mantener esa calma mental
También nos ayuda por poner un ejemplo en el estrés como puede ser cualquier otro, nos ayuda a romper ese ciclo esa rutina mental que está en tu cabeza y que muchas veces cuesta salir de ella porque hemos entrado en un bucle de sentir y retroalimentar eso que sentimos y así de forma continuada.
Y el hecho de ponerse aunque sea segundos, unos minutos, ya hace romper ese ciclo y nos da cierto beneficio o nos puede facilitar el ir saliendo de ese estado no útil.
Y claro está, que al notar ese estado no útil, normalmente llamado negativo, podemos no solo atender a la respiración conscientemente para no alimentar ese estado, sino gestionar también ese sensaciones que tenemos, esa dispersión mental, etc,etc
Y aquí es donde quería llegar en este podcast…
¿Que hay que tener en cuenta o cuidado cuando lo hacemos?
Quiero de nuevo que quede claro que siempre que practiquemos será más beneficioso que no practicarlo, pero hoy quería aconsejar lo que a veces puede pasar mientras realizas el ejercicio y que se pueden corregir para obtener mejores resultado o hacerlo de una manera más correcta.
Cuando realices este ejercicio, imaginaros por ejemplo como hemos dicho con el estrés, como puede ser otras muchas. Pues en ese tiempo de practicar esa atención consciente a la respiración, notar si en el trasfondo al poneros a realizarlo estáis más bien como reteniendo el cuerpo, reteniendo mentalmente ese estrés, esa ira, esa…lo que sea, en vez de dejar que suceda para gestionarla mientras tu consciencia también está en la respiración o lo que proceda.
A veces, lo que hacemos es como una “parada forzada tanto corporal como mental” en el cual intentamos anular todo para centrarnos en la práctica, en la respiración, en donde proceda.
En este caso, aconsejaria notar tu mente si estás forzando parar esa sensación de, por ejemplo en el estrés a nivel mental, emocional y físico, para que solo estés atento a la respiración por encima de todo, o incluso como mini tensionando el cuerpo para parar esa sensación que tienes mientras que haces esta práctica.
Si esto estuviera ocurriendo sería bueno notarlo, y realizar la atención consciente a la respiración pero dejando en sí que tanto esas sensaciones que están sucediendo en tu cuerpo y esos pensamientos que aparecen a tu mente sigan viniendo mientras tu atiende conscientemente a la respiración, pero percibes que esto sucede dispersandote de tu atención a la respiración.
Y al notar que sucede la gestionaremos, aceptaremos, suavizamos, no la etiquetamos, no la alimentaremos, lo de siempre comentado, para después volver tu atención consciente a la respiración.
La práctica es Gestionar, en vez de parar
Recuerda que la práctica de la atención consciente, en su mayor medida es la práctica para gestionar esos pensamientos, sensaciones, estados, etc. y que mediante esa gestión es como mantenemos mayor tiempo nuestra mente consciente en algo y una mente más calmada, un equilibro mental y emocional más duradero. Pero esto sucede trabajándolo, gestionarlo, no parandolos.
No es forzar a parar todo para centrarte en la respiración u otro ejercicio que corresponda.Si no utilizar la respiración como anclaje de tu foco de atención consciente para poder gestionar aquello que te suceda, sin reaccionar de forma impulsiva o dejarte llevar por esa sensación.