Practicar meditación o mindfulness no es intentar evitar sentir algo, bloquearlos o intentar entrenarte para dejar de sentir algo por siempre porque me hace daño y no quiero sufrir nunca más.
La meditación lo que trata es intentar equilibrar las sensaciones o estados de ánimos que tenemos para que nuestra actitud no sea una noria que sube y baja a los extremos, sino para que que se convierta en un equilibro emocional, un término medio.
Se trata de que si se sale del equilibrio y se dirige a algún extremo emociona podamos darnos cuenta y gestionarla y donde lo que sentimos en esos momentos o experimentemos que tengamos no lo llevemos a actitudes de malestar, más allá que el tiempo que requiera ese momento.
A veces se piensa en la meditación como algo para evitar una situación, cualquier situación o todas las situaciones que me generan un estado malestar, mucho malestar.Y si, la meditación si ayuda a reducir, suavizar o eliminar esos estados según la intensidad o nivel de ese estado en el que estemos y el tiempo de meditación que le dediquemos. Pero no pensemos en la meditación como un entrenamiento para evitar sufrir por algo que te hicieron, o que vives en ese momento o piensas que volverá a sentir y así intentar eliminar el sentirse mal por siempre.
La vida te va a proponer experiencias y esas experiencias, muchas de ellas la podremos gestionar porque en gran parte esa parte de como generarnos ese malestar es cómo interpretamos nosotros lo que nos ocurre.
Pero otra parte es simplemente experiencia que hay que pasar, solo que la meditación o el mindfulness nos ayuda a que sea un poco más suaves, y que esa experiencia no nos lleve a unos estados exagerados de malestar, no nos lleve a la ansiedad, depresión, estrés, momentos de pánico, estados alterados, estados crónicos, estado negativos permanente o semipermanente o estar de malestar casi todo el día aunque no sea un estado negativo fuerte pero al final ese estado lo mantenemos y lo alimentamos todo o casi todo el día.
No podemos aceptar si utilizamos el meditar y entrenar la mente para gestionar las sensaciones con tratar de no tener ninguna, de no sentir, de evitar algo. De hecho se entrena a “gestionar” por eso mismo porque algunas la vamos a tener si o si. A si que tenemos que tener un recurso mental para que podamos suavizar.
Es normal el no querer sufrir, pero evitar para no querer sufrir, ya incluye que hacemos algo porque tenemos miedo a sufrir , y ya esta meditación va alimentando se alimenta cada vez por el miedo a sufrir. Y esto al final lo que crea inconscientemente es una actitud de miedo a sufrir continua.
Y aunque pareces que evites situaciones que te generan malestar, ya estas mal porque estás generando cada dia e inconscientemente ese “miedo a sufrir” que sí, que podemos pensar, y en cierta manera es cierto, es que no sufrirás tanto como si te hacen sufrir por algo, pero tampoco estaras bien, aunque a veces lo parezca.
Y este no es el fin de la meditación, de hecho no cumpliria con los estandares de la meditación. Ya que la atención consciente plena es para aceptar para gestionar o suavizar, y no llegar al sufrimiento o dure lo menos posible no para evitar, además para que nuestra actitud sea de bienestar y no de “miedo a…” viviremos mejor. Aunque ahora algunas personas puedan pensar que no lo ven así.
Pongo algunos ejemplos típicos:
- Evitar enamorarse por que sufrio malas experiencias: Aquí alguien puede utilizar la meditación para gestionar y llevar siempre a la calma mental cualquier sensación, en este caso es una sensación positiva, el hecho de volver a enamorarse, o llamémosle estar bien con alguien, y por tal de no sufrir sus consecuencias por malas experiencias anteriores. Entonces lo que trata es de gestionar cuando alguien le gusta o empieza a gustar intentando evitar esos pensamientos mediante la meditación, intentado evitar ese sentirse bien con alguien gestionando esa sensación a un estado neutro, nulo. Y esto se hace mucho más por tratar de evitar algo condicionado por nuestras experiencias anteriores de sufrimiento que porque nos siente mal estar con alguien. Cuando realmente lo que debíamos hacer es lo contrario, tampoco se trata de ir a lo loco en estas cosas, pero sí dejar a uno sentir las cosas, y gestionarla cuando realmente está empiecen a crearte malestar, tampoco se trata de ser un loco o un inconsciente y no observar las cosas porque estamos enamorados, sino que se puede estar bien con otra persona y observar los detalles de ella, por las cosas que haces, ser consciente de lo que ocurre para no esta ciego de lo que ocurre pero también disfrutar de ello.
- También es típico que si tienes una relación de amistad, de trabajo, familiar o parecida, es típico que las críticas u opiniones te condicionen ciertas sensaciones negativas, la cuestión no es llevarlo a un estado negativo mediante ese alimentación continua en mi mente. La meditación te ayuda a cómo gestionar todo eso, a cómo interpretar de otro modo lo que ocurre. Pero no se trata de utilizar la meditación para meterte en una pompa de cristal para que nada de lo que digan te afecte porque tu experiencia, tus vivencias anteriores te generaban mucho malestar en esas situaciones. No se trata de evitar sentir gestioandolo todo.
NO GESTIONAS, REALMENTE EVITAS O BLOQUEAS
De hecho en estas situaciones quiero aclarar que realmente lo que haces más, es bloquear o evitar, más que gestionar, aunque parezca que estés gestionando, estas bloqueandolas. Haces esto más por el miedo a sufrir, sentirte mal, que el hecho de aceptar en si esa situación.
Hay que recordar que nuestra forma natural de ser es sentir, reaccionar, somos seres emocionales, y sentir es lo natural. El no sentir, que realmente no se puede por mucho que lo intentes, es lo anti natural. La cuestión aquí es cuanto alimentamos ese sentimiento, esa sensación más allá del momento en que ocurre y ya la convertimos en algo más duradero, un estado negativo.
Tampoco se trata de generalizar todo y hay que aclarar que si, que muchas sensaciones son evitables porque nos la generamos más nosotros en como interpretamos la cosas, pero otras son naturales que ocurran y llevan su periodo de aceptación.
No se trata de evitar todas, “no quiero sentir mas nada porque esto me hace sufrir me crea un malestar que no quiero”.
Ni tener todas las que vienes porque muchas de ellas son interpretadas y condicionadas por experiencias anteriores “me comporto asi porque asi soy yo”. Uno es la suma de lo vivido más lo que vive en ese momento, las dos condicionan en mayor y menor medida nuestro comportamiento, nuestra actitud.
Y es ahí donde la meditación hace su presencia, en interpretar “lo que vives en ese momento” y cómo lo gestionas. Que a su vez entrena la mente para que cuando llegue ese nuevo “lo que vives en ese momento” también tengas experiencia y herramientas para utilizarlas en esa situación porque ya la utilizamos en “lo vivido” osea experiencia anteriores.
Así poco a poco podemos mejorar nuestra actitud, nuestro estado de ánimo. Pero claro está que esto es paso a paso. Con tiempo, trabajo y constancia. Es así como se instala cualquier rutina, cualquier forma de actuar en nuestra mente. No hay fórmulas mágicas, sino un entrenamiento constante.