| iTunes | iVoox
Hoy quiero hacer una diferenciación entre una actitud incómoda meditando, y el que durante la meditación tengamos muchas distracciones. Será bueno saberlo, si alguna vez lo ves necesario, para poder reflexionar si continuamos con el tiempo de meditación que tengo o quizás toque reducirlo un poco.
Estos términos en algunos casos pueden parecerte lo mismo, porque en ciertos casos se pueden darse ambos, hay una diferenciación clara entre ambas y es que la actitud incómoda, como indica el propio concepto indica una “actitud” frente a algo o una acción que haces qué en este caso es meditar.
Osea sentirte mal, incómodo, no bien, forzado mientras estás meditando, indica en sí una interpretación sobre esa acción de meditar.
Sin en cambio el hecho de tener muchas distracciones indica que tu mente tiene mucho flujo de pensamientos, sensaciones que te distraes, esas sensaciones o pensamientos pueden ser buenas, malas o neutras, pero esos sensaciones solo vienen con cada pensamiento, no tiene porque implicar que me sienta incómodo meditando, sino que esa meditación en si es en ese momento es de mucho gestionar y atender conscientemente a tus dispersiones.
De hecho puedes tener muchas dispersiones y sentirte cómodo meditando, sintiendo como te das cuentas de las cosas, como las gestionas y como vuelves de forma suave la atención a la respiración. Y aunque tiene muchas dispersiones te sientes cómodo, bien, tranquilo dando te cuenta y gestionarlas.
Sin en cambio una actitud incómoda no tiene que ser incluso porque tengas muchas dispersiones sino que puede venir también porque intentamos forzar las cosas más allá de nuestras capacidades.
Entendamos que el ser consciente y la atención plena es algo que se mejora con la práctica, cada uno la tenemos ahora a un nivel y desde ahí podemos progresar.
Por eso puede pasar que nos pongamos más tiempo que nuestras capacidades puedan estar ahí, siempre es bueno un poco más que las capacidades que tenemos de ser consciente y atento continuamente pero no demasiada
Porque si no puede pasar que nos veamos como que ya no somos capaces de atender a la respiración ni a los pensamientos, nos vemos abrumado como si nos costara tener esa atención continuada o ser consciente de ella y estamos en eso momento como sintiéndonos forzado a estar meditando, sin en verdad estar meditando, sino estar por estar hasta que termine la meditación.
Hay que saber que los pensamientos que te dispersa, las sensaciones que te distraes, el estar ahí, pero no pensando en nada, como si estuvieras en babia, el sentirse con sueño incluso, son cosas que se pueden dar en las meditaciones, son eventos de una meditación.
Ahora la actitud incómoda no son los eventos que surgen, sino cómo te tomas tú, cómo interpretas tú lo que estás haciendo al meditar y eso hace que te sientas incómodo.
A veces cuando estamos aprendiendo a meditar debemos de saber que la atención continuada y la capacidad de ser consciente a veces tiene un tiempo limitado y menor del que esperábamos, y esto hay que aceptarlo, lo bueno que estas cualidades se mejoran y se amplían con la práctica constante, como cualquier cosa que entrenas.
Entonces si te ves forzando, abrumado, queriendo estar sabiendo que realmente ni estás ni nada, esto te puede hacer sentirte con una actitud incómoda.
Si ves que esa actitud incómoda se repite demasiadas, no un dia o dos, que eso lo puede pasar a cualquiera sino que es algo habitual en la práctica, pues a veces quizás es bueno pararse a reflexionar sobre reducir el tiempo de meditar a uno que se adecue, en estos momentos, a tus capacidades, y luego ir aumentando ese tiempo de meditar progresivamente, ya que la práctica te hará que mejores esas cualidades.
No hay que tener prisas en obtener resultado, no por tener más tiempo obtendrás mejores resultados, que en verdad si es, pero siempre que ese tiempo sea adecuado a tu tiempo de práctica y tus capacidades.
A veces el estar forzando solo puede generar que tengas malas experiencias y además que piense que esto no funciona y te pueda hacer pensar en dejarlo pero esto como tal funciona pero todo tiene su progreso, su comienzo, su camino y poco a poco,.
Ya decía un poeta, “Caminante no hay camino se hace camino al andar”. U otro que dijo, “hasta el viaje más largo comienza por un primer paso”. No intentemos llegar antes de empezar pero tampoco dejemos de caminar.