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Hoy hablaremos de una de las tres técnicas que aunque parece obvia y podemos entender como se hace, no estaría mal escucharla y comprobar que se corresponde con lo que hacemos. Aparte de daré un par de consejos para mejorarla.
Ha esto se le puede llamar técnicas, prácticas, ejercicios, métodos, como queráis denominarlo; pero esta es la que se considera que debemos estar utilizando en cualquier práctica de en la meditación de la atención consciente plena a la respiración o mindfulness mientras estamos realizandolas.
Será un ciclo de 3 podcast y en el de hoy hablaremos de la atención a la sensación de la respiración, como ya hemos comentado.
Siempre digo, que es bueno no solo practicar, si no tener conocimiento de lo que se practica, porque puede ayudarte a verificar que es lo que haces, cómo lo haces y si lo realizas adecuadamente, y así poder mejorarlo si corresponde.
Además, si conoces cómo funcionan las cosas, tu mismo puedes aplicar esos conocimientos a donde quieras.
Técnica de la atención a la respiración
Este sería el foco donde permanece tu atención si haces la práctica de la atención consciente plena a la respiración, ya que cuando uno avanza el foco de la atención puede estar en otro lado como en la observación de lo que surja simplemente en la mente, que en este caso sería estar atento a lo que surga en tu mente, estar entre pensamiento y pensamiento, pero esto es para más avanzados. Aun así lo primero es tener un foco de atención elegido.
Igualmente si lo que estás es practicando es un ejercicio de mindfulness en el día a día, pues en vez de ser en la respiración, el foco será el que corresponda a ese ejercicio, pero siempre hay que tener claro que debemos elegir con anterioridad en donde queremos enfocarnos. Para que el ejercicio no se convierte en el foco que decida según le venga o convenga a nuestra mente.
Diciéndonos por ejemplo, bueno ahora cambio a esto que me cuesta menos” o “ mejor escojo ahora lo otro que lo siento y noto más.”. Lo primero es tener claro en que me enfoco y no cambiarlo.
En la atención a la respiración a veces puede dar la impresión de que estamos atento a la respiración pero a veces simplemente es una mezcla entre atención, concentración a un 60, 70 , 80% de tu atención y a su vez estar pensando en nada, debemos tener cuidado con esto, ya que no es exactamente estar atento plenamente a la respiración.
Nose si me entendeis pero es difícil de explicar estas cosas, estas sensaciones, impresiones, etc.; que en la medida de las veces lo intento pero solo lo podeis saber si lo verificais vosotros mismo cuando lo estais realizando.
Aquí hay que entender que no es saber que estás respirando si no observar la sensación que se produce al respirar, al roce del aire en los orificios nasales, si lo observas en la nariz.
Hay que saber que esa atención a lo que permanecemos atento necesita una verificación de que permanecemos atento y esto se consigue en la forma en la que recibimos esa información.
Entonces, y sobre todo al principio necesitamos esa verificación de que estamos atento mediante una percepción sensorial, algo que nos mande información de aquello que observamos para confirmar que estamos atento a ello.
Consejos:
Es más fácil a veces estar atento a la respiración u otro objeto de atención cuanto mayor es su intensidad sensorial, auditiva, visual, etc.; que cuando apenas la notamos.
Por eso en los comienzo algunas personas, por no decir de la mayoría, lo que sucede es que realizan un poco más fuerte la respiración de forma inconsciente. Y esto suele hacerse para decirle a la mente “ shhh, shhh , aquí, aquí es donde tienes que estar atento”, llamándole la atención al aumentar la intensidad de la sensación, que es por lo que la mente se deja guiar su atención en su mayoría de las cosas.
Así de esa forma hace que a la mente le cueste seguir con menos dificultad el foco de atención elegido. Ya que la mente dirige mayormente su atención a aquello que le produce una sensación más intensa.
Con el tiempo y la prácticas cada vez somos capaces de permanecer plenamente atento a cualquier acción aunque su intensidad sea menor. Aprendemos a ser más sensible a la percepción de lo que ocurre.
Es bueno considerar si eres principiante, y ves quizas que te cuesta seguir tu respiración por ejemplo, pues podría escoger como objeto de tu atención alguna sensación que percibes con más claridad y a medidas que vas avanzando en tu meditación ir reduciendo a otra de menor intensidad
Piensa que esto no se trata de un sprint sino de una carrera de fondo, y tenemos que ir paso a paso y adaptando nuestra práctica a nosotros, a la fase donde nos encontremos cada uno y desde ahí, ir avanzando.
No forzar las cosas porque todo lo que se esfuerza se termina partiendo o sufriendo por no obtener lo esperado.